“Este es un gran premio para mí”, dice doña Paz Perfecta Flórez refiriéndose a su hijo, Deglis Uriel Leiva Flores, de 30 años, quien padece de parálisis cerebral y a quien cuida noche y día.


Flores, es una madre, dedicada por entero a su hijo, su amor de Madre ha permitido ser las manos y los pies de Deglis, se ha entregado por completo durante treinta años a cuidarlo y brindarle el calor humano que sólo una Madre puede dar.