La crisis que estalló en el fútbol europeo después de que 12 de los clubes más poderosos y millonarios anunciaran su intención de crear lo que llamaron la Superliga, parece haber amainado, pero no acabado, después de que los seis clubes ingleses que buscaban conformarla dieran un paso al costado en las últimas horas. La iniciativa de la Superliga, a decir de sus defensores, venía a romper el monopolio de la Liga de Campeones de la UEFA. Por eso mismo ya había desatado polémicas deportivas, judiciales, económicas y hasta geopolíticas.