En deuda con unos violentos prestamistas, Ming tiene hasta el final del día para pagar como mínimo 800 dólares. Unos familiares le prestan 500, pero el resto tiene que conseguirlo con las propinas que gana como repartidos de pedidos de un minúsculo restaurante chino de Manhattan. Mientras, en la calle, llueve sin parar.
Filmada con cámara digital, en un local verdadero y con actores naturales que hablan mandarín el 90% del metraje, Take Out se ha vuelto una cápsula del tiempo de un Nueva York post 11 de septiembre: un espacio frenético y vital, donde la precaria vida de los inmigrantes aún deja espacio para cierta vida comunitaria captada por la fragmentaria mirada de los jóvenes Sean Baker y Shih-Ching Tsou. Ambos continuarían su exploración en los años siguientes, pero allá por 2004 es difícil imaginar una mejor carta de presentación que éste, su primer esfuerzo en conjunto. De eso y más se habla en este podcast.