El momento en que Preston Sturges concibe estos "viajes de Sullivan" es en extremo significativo, no sólo para él (como uno los primeros guionistas de Hollywood que se convirtió en director-autor) sino para su propio país, sumergido por más de una década en agobiante depresión económica, a punto de entrar de lleno en la Segunda Guerra Mundial y tomar distancia de la política social impulsada por F.D. Roosevelt. El mundo en que el realizador habitaba no podía ser más diferente a éste: integrante de la primera oleada de actores y dramaturgos que llegaron a Los Angeles con el advenimiento del sonido, Sturges había disfrutado de años espléndidos escribiendo comedias y filmes musicales para una audiencia que repletaba los cines contra viento y marea. No es extraño, entonces, que —con cierto sentimiento de culpa— se proyecte a sí mismo en John L. Sullivan, exitoso director de comedia que un buen día dice ¡basta! y en un quijotesco ataque de locura comunica a sus productores que, en orden a prepararse a sí mismo para filmar un crudo y realista drama, irá de incógnito por los caminos para conocer al Pueblo, sus dolores y sus necesidades. No tiene la menor idea de lo que le espera...
En su tiempo, la película fue interpretada como una directa sátira al esfuerzo hollywoodense por captar el sufrimiento y la pobreza en películas como "Las uvas de la ira" para luego congratularse a sí mismos con una lluvia de premios Oscar, por la hazaña realizada; pero Sturges clava el cuchillo más profundo todavía: cuando Sullivan conoce por fin los horrores de la pobreza y la marginación, estos lo llevan directo hacia otro fantasma estadounidense. La sombra de la esclavitud. De eso y otras cosas se discute en este podcast.