Kevin Smith se ganó un lugar en el corazón y el presupuesto del (entonces)todopoderoso Harvey Weinstein, con un microcosmos suburbano y provinciano en New Jersey, poblado de jóvenes flojos, marihuaneros, saturados de cultura pop y –sobre todo– haaaarto parlanchines. Sus dilemas y sus cuitas no eran necesariamente originales en un inicio, pero sí la frescura de las situaciones en que se desenvolvían, lo que evolucionó hacia otros lados: más interesantes artísticamente, pero que en la taquilla no funcionaron... y nunca más lo volvieron a hacer. Este podcast es una especie de recuento del martirologio de Kevin Smith.