Clásico instantáneo que irrumpió en el Festival de Cannes hace exactamente cuatro décadas, y sorprendió a todos por su desmesura, su rareza y una intensidad que provenía directamente de una preproducción, producción y postproducción infernales. La película se monta en la pesadilla con que Joseph Conrad retrató la explotación colonial del Congo, para hablar de lo que Estados Unidos encontró en Vietnam: un espejo que los hace ver bárbaros, estúpidos, caprichosos y banales, sin herramientas para lidiar con un enemigo que no entienden y con una selva que amenaza con disolver su cordura. De eso y más hablamos en el podcast.