Ya con su debut (Te creís la más linda pero erís la más puta, 2009), el entonces jovencísimo Che Sandoval dejó en claro que tenía un oído privilegiado para captar y reproducir el habla que sostiene nuestra sociabilidad nacional, rencorosa y diagonal, en la que se enfrascan personajes perdidos y lamentables, como su protagonista Javier, o como el Nasa: enorme antihéroe de Soy mucho mejor que voh (2013). Así como esta película marca un gran salto en factura y depuración respecto de la primera, Dry Martina marca un salto mucho mayor respecto de todo lo anterior, que trataremos de explicar aquí.