En la década de los 70, Bob Fosse se despercudió del fracaso de Sweet Charity (1969)subiendo al olimpo con Cabaret, para después sufrir un duro fracaso comercial con Lenny, para después lanzar una brillante y descontrolada semblanza de él mismo con All That Jazz. Frenético en su vida como hombre de espectáculo, declaró desde el principio que vida y espectáculo son lo mismo, y las tres películas de las que hablaremos tratan sobre las atracciones y los peligros de dicha equivalencia.