Pese a la campaña millonaria desplegada en redes sociales por el Tío Mamo, sus bots pagados y sus múltiples amistades que cruzan el espectro político de lado a lado, estamos en condiciones de negar que su llegada pueda hacerse realidad.
Hoy es día de bienvenidas. Y en La Cosa Nostra sólo llega lo mejor de lo mejor.
Un podcast con cambio, aunque no tan radical como el de Ricardo Lagos y su dedo que hoy presta (¿concesiona?) al rechazo para apuntar riguroso a un proceso que amenaza con dejar fuera de la Constitución la firma que en su tiempo le regaló cual autógrafo al texto de Guzmán y Pinochet.
No se enoje tío Mamo, no es nada personal. Son solo negocios.